1. Interiormente

Isaías 1:16

¡Lávense, límpiense! ¡Aparten de mi vista sus obras malvadas! ¡Dejen de hacer el mal!

1 Pedro 1:15-16

Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo quien los llamó; pues está escrito: “Sean santos, porque yo soy santo.”

Cuando venimos ante Dios no podemos venir a presentarnos sin pensar que es ante El que nos vamos a presentar. Tenemos que pensar mucho en la santidad de Dios cuando nos vamos a presentar. No podemos dar por sentado la presencia de Dios. No podemos tener tanta familiaridad con Dios que vamos a venir con el corazón sucio a presentarnos ante El.

2. Físicamente

Romanos 12:1

Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.

2 Corintios 7:1

Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación.

Lo que contamina al cuerpo puede ser comer algo que sabemos que nos hará daño, y la fornicación según 1 corintios 6:18.

El cuerpo físico es Templo del E.S.

A Dios no solo le importa lo interior dígase lo espiritual, también nuestro cuerpo físico. Entonces cuando nos presentemos ante Dios  nos debemos presentar limpias en el interior pero también en el exterior. Y el exterior también incluye como vamos vestidas.

Sarah Yuritza

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