Artista es aquella persona que se dedica a algún arte o realiza obras de arte y que hace alguna cosa con suma perfección.

Adorar es rendir culto a Dios, es amarlo con todas nuestras fuerzas, someternos a su voluntad, obedecerle y siempre tenerlo en el primer lugar, es rendir toda nuestra vida ante El, es servirle con TODO lo que hacemos, es vivir para El, es tratar de cada dia parecernos más a El.

Muchas veces tendemos a decir que como Músicos, Cantores o Danzarinas/es cristianos, no debemos considerarnos “artistas” sino que debemos considerarnos o llamarnos “adoradores”.

Dice la Biblia en Éxodo 35: 30-35

30 Y dijo Moisés a los hijos de Israel: Mirad, Jehová ha nombrado a Bezaleel hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá;

31 y lo ha llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en todo arte,

32 para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce,

33 y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor ingeniosa.

34 Y ha puesto en su corazón el que pueda enseñar, así él como Aholiab hijo de Ahisamac, de la tribu de Dan;

35 y los ha llenado de sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino y en telar, para que hagan toda labor, e inventen todo diseño.

Si tocas, danzas, o cantas, eres un artista.

Debemos tener bien claro que si, somos artistas, pero esto no quiere decir que vamos a vender el talento que Dios nos ha dado, o vamos a “prostituirnos”, siendo artistas “cristianos”, en lugares donde no debemos serlo. Que si no nos pagan por tocar o cantar en una actividad dejemos de hacerlo, que si nos invitan a ministrar a algun lugar debamos poner requisitos para ir, cuando Dios nos dice, que demos de gracia, porque de gracia hemos recibido. (Mateo 10:8) Debemos hacer arte para Dios. 

En esta parte entonces entra la adoración. Debemos ser adoradores que hacen arte. Adorar a Dios con lo que hacemos, con el talento que El nos ha dado. Servirle a El, y no para nuestro propio beneficio, sino solamente con el fin de adorarlo. Si vamos a danzar que sea en adoración, si vamos a cantar que sea en adoración, si vamos a tocar que sea en adoración. Hacerlo en obediencia a Dios, hacerlo con el fin de que otros lo conozcan a El y no a nosotros.

El único que merece brillar es Dios. Somos artistas, pero si nos llamamos “artistas cristianos”, el arte que hacemos debe ser sólo para adorar a Dios.

 

Sarah Yuritza

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