La técnica es definida en el diccionario de la siguiente manera: Destreza y habilidad de una persona en un arte, deporte o actividad que requiere usar estos procedimientos o recursos, que se desarrollan por el aprendizaje y la experiencia.

Como adoradores, que adoran a través de las artes, debemos tener presente que siempre debe haber un balance, entre la técnica y lo espiritual. Este balance nos ayudará a ser excelentes en lo que hacemos para Dios.

Recordemos lo que dice en Mateo 5:48 “Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto.” Lo que quiere decir que aunque no seamos perfectos tratemos de serlo y darle lo mejor a nuestro Padre que si es perfecto, y esa perfección también debe ser reflejada en lo que hacemos para El, ya sea danzar, cantar o tocar algún instrumento.

Imaginemos que como ministros de las artes, solo nos concentremos en la parte espiritual, ayunemos mucho, oremos mucho, leamos mucho la palabra, pero que cuando vayamos a danzar, cantar o tocar, lo hagamos mal. O que seamos grandes artistas, con bastante técnica y que al momento de hacer lo que hacemos para Dios, El no reciba nuestra adoración, o sea solo un espectáculo, porque no tenemos una vida espiritual como dice la palabra (Gálatas 5:16).

En cuanto a la técnica, si bien es cierto que el Espiritu nos capacita, también debemos poner de nuestra parte, y prácticar, buscar la forma de aprender más acerca de eso que hacemos para Dios, esforzarnos cada día por hacerlo mejor y mejor, eso también le agrada a Dios.

En cuanto a lo espiritual, obedecer a Dios y a su palabra, humillarnos delante de El, y reconocer que lo que hacemos es sólo para adorarlo a El. Siempre busquemos ser excelentes para Dios, en todo lo que hagamos.

Sarah Yuritza

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