La pasión es definida en el diccionario como un sentimiento muy fuerte hacia una persona, tema, idea u objeto. La pasión es la inclinación muy fuerte de alguien hacia otra persona. Cuando decimos que nos apasiona algo es porque hemos establecido una fuerte conexión con ese algo. La pasión nos permite crecer y realizarnos como personas de la forma en la que hemos decidido y haciendo lo que debemos hacer.

Dios debe ser el centro de todo lo que hacemos, no solo como ministros sino como cristianos, Dios debe ser nuestra pasión.

Pero también debemos ser apasionados por lo que hacemos para Dios. Aquí es ser apasionados por Dios pero también ser apasionados por lo que hacemos para El.

Podemos hacer muchas cosas para Dios, pero si no tenemos pasión por eso que hacemos, tal vez lo hagamos mal, lo hagamos por hacerlo o sin ganas de hacerlo, y lamentablemente a Dios no le gusta lo mediocre.

A Dios debemos darle lo mejor de nosotros, lo mejor de nuestra adoración, lo mejor de nuestra danza, lo mejor de nuestra voz, lo mejor de nuestra música.

No es que vamos a hacer todo “perfecto” realmente Dios quiere que seamos perfectos como El (Mateo 5:48). Pero nos vamos perfeccionando poco a poco. Por eso si danzas, cantas o tocas, te invito a hacerlo con pasión para Dios,  porque de lo contrario, aunque no lo veas o lo sientas serás mediocre en lo que haces. Alguien apasionado es una persona que ama su trabajo de una forma en la que quienes la rodean no pueden comprenderlo.

Por ejemplo, si danzas en la iglesia, pero siempre te están empujando para que llegues temprano a ensayar, para que levantes los brazos mas alto, para que saltes con mas ánimo, si se hacen actividades llegas tarde o simplemente no te presentas sin excusa alguna. Si tu líder te dice que hagas algo en la danza y dices que no, entonces estás siendo mediocre.

Si hoy estás haciendo algo para Dios y no estas apasionado por eso que haces, trata de hacer algo que te guste hacer, que ames hacer, encuentra tu pasión, y de esta manera la pasión que sientes por ello hará que cada día le des lo mejor de ti a Dios, lo mejor de lo que haces para El. Pero sobre todo ten pasión por Dios, por tu creador porque nuestro amor por Dios es lo que nos lleva a adorarle.

Sarah Yuritza

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *